La Música se puede aprender de muchas maneras, pero aquí en LA ISLA, nosotros siempre decimos que la mejor manera es HACIENDO MÚSICA. Y el sitio perfecto para hacerlo es el escenario.
El 28 de febrero vivimos otra de esas tardes de nervios compartidos, sonrisas cómplices, saludos a mamá y a los abuelos desde el escenario, de retos superados, de problemas salvados en el último momento, en definitiva de aprendizaje, de crecimiento, de superación de alegría por compartir y de sentirnos Músicos.
Algunos debutaban por primera vez con sus instrumentos como el grupo de las pequeñas guitarristas, los nervios estaban por dentro, pero por fuera una actitud ejemplar y una entrega maravillosa.
Otros ya con mucha experiencia sobre el escenario pero aun así con mariposas en el estómago. Pero todos desde el más pequeño al mas mayor, desde el más nuevo al más experimentado, con ojos brillantes de emoción y ganas de dar el máximo.
En esta ocasión pudimos ver una muestra de algunos de los instrumentos que impartimos en la escuela.
El público entraba en el Teatro del Centro Cultural Isabel de Farnesio y ya les esperaban en el escenario la Mini-orquesta de cuerda con los pequeños violinistas y las guitarristas que en esta ocasión estaban acompañadas por los Peque-Músicos y los Aventureros musicales. Una pequeña suite de piezas hicieron sonreír a nuestro público con la dulzura de sus interpretaciones en las que mezclaron percusión corporal, canciones y por supuesto música instrumental.
Un instante después estábamos todos transportados al lejano oriente con las piezas que interpretaron el grupo juvenil de guitarras. Un alarde de control de sonido con pianísimos muy bien respetados por el público y juegos de voces con armonías orientales.
Llegaba el momento de estrenar una de las muestras que más esperábamos en LA ISLA, los alumnos de violoncello y su profesora Inés Suárez nos regalaron tres piezas muy bien interpretadas en las que pudimos comprobar el sonido bello y profundo de este instrumento, y cómo a pesar de problemas de última hora (a una de nuestras alumnas se le rompieron varias cuerdas esa tarde) nuestros alumnos son capaces de salir airosos de cualquier situación.
De pronto el escenarios se empezó a llenar de instrumentos de percusión y un grupo de impacientes percusionistas que estaban en primera fila tomaron el escenario para hacernos vibrar con sus intensos ritmos bajo la dirección de su profesor Pedro Navarro.
Una coordinación perfecta, una actitud inmejorable y una pieza muy divertida que nos permitió escuchar el sonido de las cajas, los cajones flamencos, la darbuka y las baterías. Con el auditorio entregado al ritmo pudimos disfrutar de varios grupos de tres bateristas jugando con las baquetas.
El piano se hizo protagonista del centro del escenario y un grupo de pianistas se situaron a su lado. Todas las edades, todos los estilos. Alumnos muy distintos colaborando juntos y trabajando mano a mano con su profesora Karla Silva para regalarnos un precioso poupurrí de standars de jazz que nos hicieron tararear con sus conocidas melodías.
Llegó el momento de la Orquesta de cuerda y guitarras de adultos. Ya nos sorprendieron en el concierto de Navidad y para esta ocasión habían preparado una pieza celta con un toque de banda sonora y otra pieza homenaje a Don Quijote. Toda mi admiración por estos valientes adultos que se animan a subir al escenario concierto tras concierto a pesar de esos nervios terribles.
Y para terminar todo el auditorio coreaba y daba palmas con nuestro grupo de cantantes que con su profesora Karla al piano interpretaron Havana de Camilia Cabello y Stand by Me. Los solos muy bien trabajados se alternaban con las partes corales y con efectos sonoros que daban todavía más ritmo a las canciones.
Una tarde que quedará en nuestras memorias y corazones porque haciendo Música somos felices.
Para mí es emocionante ver subir a cada alumno al escenario, verlos bajar después con el brillo de satisfacción en sus ojos, espiar las miradas cómplices con las familias, sentir el apoyo del público, charlar con todos al terminar el concierto y ver cómo las familias se van del teatro un poco más unidas por el orgullo de ver a los suyos, por la satisfacción de haber sentido juntos.
Yo me quedo con dos frases que me llegaron al corazón: «Aquí se siente una gran familia» y «Esto demuestra que hay otra manera, que se pueden hacer las cosas de una forma mucho más bonita». Alguien al que aprecio me dijo que se le habían humedecido los ojos en varias ocasiones por la emoción.
Y en definitiva, de eso se trata, de emocionarse, de sentir…todos juntos…y gracias a la Música.
ISABEL ROCH.
Directora de LA ISLA, Música y Arte
PD. Todas las fotos están hechas por Galería 16 Fotografía. Puedes ver la galería completa pinchando AQUÍ y si quieres alguna foto en alta resolución contacta con ellos. Grandes profesionales que nos dejan recuerdos así de bonitos.
Marisa Carrero says
Enhorabuena por tanta pasión. Res la mejor forma de disfrutar de la música.