La educación es mucho más que enseñar contenidos.
La educación es transmitir emociones, proporcionar experiencias, contagiar entusiasmo, abrir la mente y la imaginación.
Me emociono cuando veo gente que se implica, que da más de lo estrictamente necesario para cuidar a los que tienen alrededor, que se olvidan de sí mismos para hacer feliz a los demás.
Esta pasada noche ha sido Mágica en un rincón de Aranjuez.
Y ha sido mágica porque un grupo de profesores motivados, entusiastas y que adoran a sus alumnos han decidido crear un mundo fantástico para los niños, en vez de tener un merecido descanso en víspera de festivo (muy necesario a estas alturas del curso).
Los niños piensan que la noche ha sido mágica porque su cole se ha convertido en una nave espacial con una tripulación especial que les ha llevado a recorrer el universo, pero en realidad ha sido mágica porque ha ocurrido lo mejor que les puede pasar a los niños; que profesores y familias trabajen en equipo, que todos miren más allá de los programas educativos y los horarios de trabajo y hagan un esfuerzo increíble solamente por una razón: encender en los ojos, en la mente y en el corazón de los pequeños la chispa de la ilusión y la curiosidad.
Más de trescientos niños (desde tres años) han vivido una gran aventura. Llegaron a las nueve de la noche y vieron cómo su colegio se había transformado, cómo sus profesores tenían antenas en la cabeza y alguno hasta tres ojos, cómo unas estrellas glamurosas lo organizaban todo y cómo un capitán Javierder hacía la cuenta atrás para embarcar en la gran nave.
Y a partir de ahí una noche de emoción, de juegos, de aventuras, de exploración. Pero lo más importante una noche de compartir, de convivir con mayores y pequeños, de soñar.
Y para terminar la aventura un desayuno compartido con los padres en el que las caras de felicidad hacían borrar cualquier signo de cansancio.
Gracias a un equipo directivo incombustible, a un claustro muy especial y a unas familias que pese a todas las diferencias siempre lo dan todo por los proyectos del centro.
Me quedo con las palabras de una de las profesoras, para mí muy especial: “ha sido muy emocionante sentir los latidos de todos mientras dormíamos juntos”.
El proyecto del colegio Maestro Rodrigo de Aranjuez es un ejemplo de que la creatividad, el entusiasmo y la implicación obtienen fantásticos resultados en la educación de nuestros hijos.
Desde el Centro Musical LA ISLA os damos la enhorabuena.